¿LA ESCUELA ES UNA ORGANIZACIÓN RESISTENTE A LA INNOVACIÓN?
Hoy os traigo una pregunta para debatir un poco e intercambiar opiniones: ¿creéis que la escuela es una organización resistente a la innovación?
Personalmente, cuando pensamos en un aula lo primero que se nos viene a la mente es una mesa detrás de otra con sus respetivas sillas detrás y, enfrente de todas, una mesa grande y una pizarra de tiza.
En la siguiente imagen que corresponde a un aula mixta de la era victoriana se puede observar la disposición de las mesas, la pizarra de tiza y a la maestra con un libro en la mano ya que era el material más empleado.
Desde mi punto de vista la escuela es una organización resistente a la coordinación y a la innovación. Tenemos la misma estructura básica del S.XVIII: profesores encima de una tarima, asientos inamovibles, pizarra tradicional, etc. Lo que más ha cambiado es la incorporación de las TIC al aula, pero esto no siempre garantiza innovación. Mismamente, el aula en el que se imparte esta asignatura en la carrera es un aula con las mesas atornilladas al suelo y en la que el internet no funciona bien por lo que muchas veces se tiene que seguir empleando la pizarra tradicional.
El espacio es un agente educador más pues el ambiente del centro y del aula es un instrumento muy valioso para el aprendizaje. Casalrrey (2000), propone tres características a la hora de organizar el espacio (Laorden y Pérez, 2002):
- Pensado para los infantes.
- Estimulante, accesible, flexible y funcional.
- Estético, agradable para lo sentidos.
Del mismo modo, LLedó y Cano (1994) señalan cinco principios para un nuevo ambiente escolar (Laorden y Pérez, 2002):
- El aula ha de ser un lugar de encuentros.
- Debe sugerir variedad de acciones.
- Debe estar abierta al entorno, a la sociedad.
- Debe ser un lugar acogedor.
- La clase tiene que ser un lugar vivo, con personalidad propia.
A lo largo de la carrera, por ejemplo en la asignatura Organización y Gestión de la Escuela Infantil, se ha trabajado la importancia de que los espacios sean polivalentes y flexibles. Entre otras cosas, deben permitir un uso diversificado, así como cambios en las estructuras mediante el uso de puertas correderas, tabiques móviles, etc. Del mismo modo, los espacios han de ser higiénicos y de fácil acceso. Además, han de estar bien iluminados y con el objetivo de ser acogedores han de tener una estética cuidada. Los espacios también han de adaptarse a las características del alumnado facilitando el acceso a aquellos que tengan necesidades específicas para desplazarse. Han de ser amplios, con puertas anchas, sin barreras arquitectónicas, con mobiliario desplazable, etc. Además, es importante que los materiales sean vistos desde la altura de la mirada de los infantes.
Personalmente, considero que es en la escuela de Educación Infantil donde se encuentra más innovación educativa. Las aulas más innovadoras se encuentran en esta etapa porque los grupos son más heterogéneos y necesitan cambiar constantemente de actividad. Hoy en día, por ejemplo, es muy común encontrar las aulas de Infantil distribuidas en diferentes rincones. Del mismo modo, poco a poco se van realizando modificaciones en los espacios y en los materiales para adaptarlos al alumnado de estas edades. Por ejemplo, en el centro en el que estuve este año de prácticas, habían pintado recientemente las paredes de otro color más cálido y estaban cambiando muebles antiguos por otros más ligeros y adaptados a la altura de los infantes, para que pudieran ser más autónomos a la hora de coger los diferentes materiales. Algo que también me pareció muy curioso es que la maestra contaba con la opinión del alumnado a la hora de reorganizar la clase. Las siguientes imágenes corresponden a la distribución del aula de EI 3 años de dicho colegio.
La siguiente imagen hace referencia a una clase de Infantil totalmente innovadora. Nada tiene que ver con las aulas que estamos acostumbrados a ver.
El siguiente enlace lleva a un artículo de El País en el que se habla sobre la influencia del diseño de los espacios en el aprendizaje y el rendimiento de los menores.
https://elpais.com/elpais/2019/11/25/mamas_papas/1574676447_900571.html
Bibliografía:
Laorden, C., y Pérez, C. (2002). El espacio como elemento facilitador del aprendizaje. Una experiencia en la formación inicial del profesorado.
Pulso, 25, 133-146.
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